EL ORIGEN DEL LAGO TITICACA


Se dice que antiguamente había un inmenso valle llamado Tierra Eterna. En la Parte donde ahora está el lago se desarrolló un pueblo muy grande llamado Pueblo Eterno.

En aquellos tiempos todos eran felices. Nadie sabía qué era el sufrimiento. La tierra era buena: daba abundantes frutas y plantas, todo lo que uno quería ahí se encontraba. Había también plantas en las que salía la lana y con ésta podían confeccionar sus ropas. El clima era muy bueno en esa época no había mucha lluvia tampoco había sequía; los hombres y los animales vivían en armonía porque los animales eran mansos. Los hombres eran poderosos porque ellos convertían las montañas en llanuras con solo disparar sus hondas. Todos tenían oro y plata. En las calles del pueblo había grandes palacios, templos y santuarios que estaban cubiertos de oro y plata.

Pero con el tiempo estas personas cambiaron y desobedecieron el mandato divino cometiendo una falta grave y el Dios Padre muy enojado se dirigió a ellos diciendo: Ustedes ya no viven bajo mi mandato, por lo tanto les prohíbo subir la cumbre sagrada; nadie tendrá derecho a subir al santuario y si alguien sube entonces morirá.

Y lo que dijo Dios lo había escuchado el diablo que desde ese momento se dedicó a tentar a los hombres del pueblo, él les decía: Si escalan el santuario entonces ustedes tendrán el mismo poder que el Dios.

Entonces los hombres intentaron subir el santuario, cuando Dios supremo con su cólera les envió miles de pumas para que se comieran a todo el pueblo; estos, de miedo le pidieron ayuda al diablo y éste se los llevó abajo del lago, en las profundidades, en donde siguen viviendo y penan convertidos en espíritus malos.

Esto le produjo mucho dolor al Dios supremo, porque los hombres del pueblo le habían pedido ayuda al diablo. Entonces todos los seres celestiales empezaron a llorar amargamente y con esto provocaron inmensas lluvias y tormentas que duraban toda la noche y todo el día, y así poco a poco el pueblo fue desapareciéndose, con las lluvias, e inundándose y quedando en lo más profundo del lago. No quedó nada vivo; solo una pareja que por obra divina se salvó, esta pareja de humanos logró cogerse de un tronco que se mantuvo flotando, entonces el Dios supremo sintió compasión por esta pareja e hizo que parara la lluvia. Pasada la tormenta la pareja vio cómo millares de pumas estaban muertos y flotaban en el agua con sus vientres de color gris hacia arriba.

Narrada por: Bacilia Ticona Quispe, recopilada por: Jorge Apaza Ticona - Puno

EL ZORRO Y EL HUAYCHAO

En los anteriores post les dimos a conocer acerca de algunos relatos mitológicos y algunas leyendas, pues esta vez les daremos a conocer sobre un relato singular, que explica el porqué el zorro tiene el hocico largo.

Cuentan que el zorro tenía hace muchos años la boca menuda y discreta. Un día que andaba de paseo vio sobre un cerro cantando a un huaychao. Era este menudo como un zorzal, de plumaje gris claro y cantar movía alegremente las plumas blancas de su cola. El zorro se quedo mirando el pico largo y aflautado del ave y le dijo modosamente :

- ¡ Que hermosa flauta amigo huaychao y que bien tocas! ¿Podrías prestármela sólo por un momento? Yo la tocaré cuidadosamente.
El ave se negó, pero el zorro zalamero insistió tanto que al fin el huaychao le prestó el pico, recomendándole que para tocar se cogiera el hocico a fin de que la flauta se adaptara mejor, y así sobre el monte, el zorro se puso a cantar soplando la flauta largo y tendido, después de algún rato, el huaychao reclamo su pico, más el zorro se negó Decía clave :

- Yo sólo lo uso de hora en hora tú la tocas sin descansar.
El zorro no entraba en razones y soplaba incansablemente para un público de pequeños animales que se habían congregado en su alrededor.

Al ruido despertaron unos añases y salieron de sus cuevas y subieron al cerro, al ver al zorro tocar se pusieron bailar y con ellos bailaron todos los animales del campo.
El zorro al verlos no pudo contener la risa y rompió al reír y al hacerlo se le descosió el hocico, mucho más de la medida y se le quedó grande y rasgado de oreja a oreja. El huaychao antes de que el zorro saliera de su sorpresa recogió su pico y se echo a volar. Desde allí se dice quedaron los zorros con la boca enorme en castigo de su abuso de confianza.

Bibliografía:

Tradiciones orales, 2003

RIVALIDAD VIVA ENTRE LA NIEVE… Apu Huallallo y Apu Pariacaca

Dentro del contexto andino se considera al dios "Wiracocha" o "El gran señor Sol" como el creador del mundo, quien pobló a la tierra quechua de haris (hombres) y Wanblas (mujeres) y distribuyó a los dioses menores por toda su extensión. Estos dioses tutelares fueron llamados APUS.

En la tierra de los Huancas, el gran Wiracocha envío a dos dioses, cada uno con características y rasgos diferentes. Estos dioses fueron el Apu Huallallo Carhuincho o Huallullo Carhuancho y el Apu Pariacaca o Pariaqaqa. Ambos dioses se enamoraron de distintas wanblas y tuvieron una familia muy extensa.


Pero si todo iba bien, ustedes se preguntarán porque estos dioses fueron rivales, pues según cuentan esto habría sucedido por lo siguiente:

Cuenta la historia que la primogénita de Huallallo Carhuincho, llamada Huaytapallana era muy hermosa, tanto que para ocultarla de los haris este, su padre la escondió al abrigo de las montañas y sembró para ella un jardín lleno de flores.

A su vez el Apu Pariacaca tuvo un hijo varón a quien llamo “Amaru” este joven amante de los viajes y quien, por ser hijo de un Apu, podía tomar la forma de cualquier animal y de esta manera trasladarse por los valles de su padre, encontró a una bella wanbla con quien se casó y tuvo una hija.

Un día en el que Amaru sobrevolaba unas montañas, observ a lo lejos un jardín de flores como nunca antes había visto y sin saberlo salió de los terrenos de su padre y tomando forma humana nuevamente se adentro en este paraje escondido.

Al pie de la laguna Carhuacocha se encontraba una wanbla tan hermosa que Amaru, olvidando todo, quedo al instante perdidamente enamorado de ella y, esta doncella cuyo nombre era Huaytapallana también se enamoro de él. Ambos tuvieron cinco hijos.

El Apu Huallallo Carhuincho quiso saber quien era este joven hari que había tomado el corazón de su hija de esta manera y preguntando a los vientos se entero que ese joven hari no era otro que Amaru, el hijo de su rival Pariacaca, y que además de ello él estaba casado y tenía una hija.
Herido en lo más profundo por el adulterio cometido, el Apu Huallallo Carhuincho suplicó a los vientos que traigan, a los odios de Amaru noticias de su esposa y de su hija.

Al recordar Amaru a su esposa e hija y tomando conciencia de todo lo que había hecho salió a caminar, mientras avanzaba lentamente y meditaba por una quebrada el Apu Huallallo Carhuincho se acercó y de un golpe mortal que terminó con la vida de Amaru, este al momento de caer grito a su padre para que tome venganza de este ataque traicionero.
El Apu Pariacaca en su dolor ahogó a Huaytapallana en la laguna Carhuacocha y a los cinco hijos en las lagunas aledañas.

De esta manera ambos Apus iniciaron una terrible batalla arrasando a su paso todas las aldeas, pueblos y cultivos que existían en la zona, dando forma, durante este batallar a la accidentada geografía de la zona.

Al enterarse de estos destrozos el gran Wiracocha, juzgó tales acciones como maldades muy grandes y decidió apresarlos por un largo tiempo. Tomó a Pariacaca y lo convirtió en Nieve sobre las colinas mas altas de sus montañas que hoy llevan su nombre, y a Huallallo lo convirtió en nieves perpetuas asentandolo sobre las colinas y picos de la que fue la morada de Huaytapallana.
Se dice que solo cuando esas nieves se derritan ambos Apus podrán liberarse de esa prisión, y parece que ese tiempo esta por llegar...

Webgrafía:
http://www.8020internet.com/camycam/pariakaka_cosmovision.htm
Consultado: 21-03-09

LA APARICIÓN DEL HOMBRE HUANCA


Como ya es sabido en la mitología andina, el creador del mundo fue Wiracocha, quien creó la tierra y los seres que en ella poblaron.

Cuentan que como una de sus creaciones hizo brotar un Manantial Sagrado en Huari de donde salió la primera pareja Huanca, Atay Imanpurancapia (varón) y Uruchumpi (mujer).

Ellos fundaron en ese lugar el primer pueblo y sus hijos poblaron otras comarcas. Pero sus descendientes ingratos con el tiempo se olvidaron de su creador y adoraron al Dios Huallallo Carhuancho.

Ante esta ofensa el dios Wiracocha, muy enojado los castigó, fueron sometidos por los invasores Huari que vinieron del Sur. El Dios Huallallo huyó al este pero fue convertido en el nevado Huaytapallana.

Los huancas arrepentidos por haber obrado en contra del dios Wiracocha y para honrarlo nuevamente como su creador y guardar memoria de su origen construyeron el templo de Huarivilca, allí se realizaban grandes ceremonias y le presentaban ofrendas y sacrificios. El templo de Huarivilca era una imponente construcción cuadrangular de piedra que se convirtió en el centro milagroso de toda la región. De él emergía un manantial sagrado de aguas cristalinas.

Por ser este un centro milagroso hasta allí iban las grandes parcialidades del mundo Huanca: Xauxa; Lurinhuanca, Ananhuanca y el último Chuncos y Chongos; y hasta ahora van turistas nacionales y extranjeros para obtner un milagro de este centro sagrado.


Consultado: 21-03-09

El origen de Huancayo

En cada pueblo por más pequeño o alejado que esta sea, siempre encontraremos un relato digno de ser reproducido y difundido, porque estas son la mejor muestra de nuestra cultura y tradición de nuestra rica Literatura oral que tenemos los peruanos; a continuación les daremos a conocer una de las versiones sobre el porigen de Huancayo.

Dicen que hace hace ya mucho tiempo, todo el Valle del Mantaro era una inmensa laguna. Desde Jauja y Concepción, hasta el sur llegando a Sapallanga y Pucara, todos esos lugares estaban bajo el agua. Los pobladores del valle en aquel entonces tenían sus casas en las alturas de los cerros, incluso hasta ahora podemos ver vestigios de sus construcciones.En el centro de la gran laguna se podía observar desde las alturas un enorme peñón oscuro que salía de las aguas cada mañana.

Esta gran peña se llamaba Huanca y estaba donde hoy esta la Plaza Huamanmarca, junto a la Municipalidad de Huancayo. Paso el tiempo y la laguna se iba llenando y llenando con las aguas de las lluvias (recordemos que en esta parte de la sierra las precipitaciones son altas).Una vez, cuando los pobladores estaban en sus labores del campo, porque ellos siempre se dedicaron a la agricultura; se escucho un enorme estruendo en una de las quebradas y tras el sonido pudieron ver que las aguas de la laguna iban disminuyendo rápidamente. Sucedió que la quebrada de Chupuro se había roto y por allí desaguaba la laguna.Pasaron pocas semanas y el valle se fue quedando seco, para acortar distancias entre los pueblos, los pobladores tuvieron que bajar hacia las partes planas; siendo allí en donde lograron hacer nuevas construcciones para poder habitarlas. Pero la laguna no vació del todo. En jauja se quedo la Laguna de Paca y en Ahuac la Laguna de Ñahuinpuquio.Una vez las aguas rompieron la quebrada de Chupuro y por allí desaguo la laguna. El valle se fue quedando seco y se fundaron pueblos. Pero la laguna no vació del todo.

En Jauja quedó la Laguna de Paca y Chocón; la de Ñahuinpuquio en Ahuac y la de Llulluchas en Huayucachi.Existen muchas lagunas en el Valle del Mantaro, posiblemente parte del agua que desaguo de la gran laguna, hayan quedado dispersas por todo el valle. Ahora la Laguna de Paca es una de las más reconocidas y visitadas por los foráneos.

Leyenda recogida en Chupaca, Departamento de Junín, Perú. Informante Leopoldo Vidal.

Leyenda de la Cordillera Blanca... Ancash

Cuentan que el Huascarán, fue una vez una mujer que tuvo numerosos hijos, el esposo de Huascarán, se llamaba Canchón que fue seducido por Sutoc, una mujer muy bella, quien era buena cocinera;de enterada de los sucedido Huascarán llena de ira por los celos hirió a su marido y luego huyó seguida por sus hijos, el mayor la acompañaba de cerca, mientras que el menor iba bastante lejos.


El hijo favorito iba cargado en la espalda por Huascarán. Cansados de tanto caminar se fueron a descansar, toda la familia se transformó en la Cordillera Blanca, y de sus lágrimas se formaron los arroyos que dieron origen al río Santa y al Marañón.. Canchón se volvió de piedra y llegó a ser la montañamás bella de la Cordillera Negra, su amante Sutoc y sus hijos también se transformaron en otras montañas de la Cordillera Negra y sus lágrimas formaron los cauces y arroyos de esa región.

Es por ello que se dice que la forma de la cordillera blanca es algo echada, Porqué ahi llacen Huascarán y sus hijos convertidos en esta hermosa cordillera.



Webgrafía:

Consultado: 20-03-09

Leyenda de los nevados Huascarán y Huandoy...

Esta romántica historia se sitúa en los tiempos incaicos, cuando los cusqueños expandían sus dominios por el Callejón de Huaylas.
Cuenta que había una tribu laboriosa y pacífica que colindaba con otras similares a ella. Nada alteraba el orden de la vida en aquel lugar armónico, hasta que un día llegó a la tribu un soldado muy malherido con un encargo para el gran jefe. Se hizo la entrevista y en ella el soldado manifestó que unos guerreros de origen cusqueño habían saqueado su pueblo, matando y violando sin piedad. Decía, además, que estos cusqueños andaban con dirección a esta tribu, y que era menester prepararse para recibirlos.
El gran jefe había quedado anonadado. ¿Podían de verdad hacerle frente a un enemigo tan poderoso? No lo sabía. El soldado le había contado cosas monstruosas sobre esos cusqueños que ahora iban rumbo a su tribu. Bastaba ver el estado del soldado: había hecho su último esfuerzo para llegar hasta él, y con ello había gastado el último aliento de vida que le quedaba.

Se debía tomar acción. Luego de meditarlo con cuidado, el gran jefe ordenó a sus mejores guerreros ir en busca del jefe de los cusqueños y exponerle una política de paz. Así fue. Días después, los soldados volvieron con Huáscar, el más reconocido guerrero de la tribu invasora, quien había sido encargado por su líder llevar un mensaje de no agresión. A parte de ello, Huáscar debía quedarse en la tribu del gran jefe hasta que la comitiva cusqueña llegara, de manera que con su presencia garantizaba las relaciones de paz.

Al recibir la noticia del joven guerrero cusqueño, el gran jefe se alegró tanto que mandó le dieran al huésped la mejor habitación, comida y vestimenta. Todo iba perfecto y la relación entre el gran jefe y el joven era ideal, hasta que un día apareció, jugando en un pozo de agua, una bella muchacha de 15 años. El cusqueño quedó prendido: pronto averiguó su nombre, Huandy, y con ello supo también que era la hija del mismísimo gran jefe. ¿El inicio de la desgracia? Probablemente sí. Pero lo peor para Huáscar no fue que él la había mirado ni que era hija del jefe, sino que ella lo había mirado también, ruborizándose y sonriendo al viento en su inocencia. ¿Era correcto un amor en semejante contexto? Huáscar no lo sabía, y tal vez no le importaba saberlo. Y, según se daba cuenta, a la muchacha tampoco.

Se conocieron por primera vez una tarde que ella le llevó los alimentos. Conversaron, se enamoraron y acordaron encontrarse en la orilla del río, cuando la noche estuviera en su apogeo. Sucedió tal y como lo planearon. Aquella noche se entregaron su amor y se prometieron el uno al otro no abandonarse jamás. Huandy entonces reaccionó: ¿su padre la dejaría quedarse con un hombre que no era de su tribu? No, no lo haría nunca. Si de verdad querían que ese amor floreciera, debían huir, y debían hacerlo cuanto antes. Y huyeron, pero no llegaron muy lejos. Por su parte, el gran jefe ya estaba al tanto de los sucesos. Decepcionado de la poca deferencia del invitado para con su cortesía y de la desobediencia extrema de su hija, dejó que escaparan para luego atraparlos en el camino y mostrarles ahí su verdadera furia. Y así los atrapó; los humilló y, ya satisfecho, los ató a palos colocados en lugares estratégicos, desde donde uno podía ver al otro sufrir hasta la muerte. Huáscar, en su delirio, pensó que su gente, al llegar y verlo así, lo salvaría. Era su única esperanza.

Pero su tribu no hizo nada, y por el contrario, alabó la determinación del gran jefe. Ya sin ilusiones, viendo como su amada moría, viendo que sólo un riachuelo lo separaba de ella, sintiendo la impotencia de la resignación, juró entonces vengarse algún día de aquellos que no les permitieron ser felices. Empezó a llorar, y ella también lloró, y lo hizo hasta secarse por dentro; de las lágrimas de la doncella se formó el lago Chinanchocha (laguna hembra), y de las de Huáscar, el lago Orconcocha (laguna macho). Fue el último aliento.

Al ver tanto amor, el dios sol se compadeció de ellos y apoyó en la venganza de Huáscar. Lluvias, trueno, rayos y granizo fue lo que envió a las tribus en cuestión, y fue tanta y por tanto tiempo que cubrió a los cadáveres, convirtiéndolos así en los nevados Huascarán (por Huáscar) y Huandoy (por Huandy). Pero la venganza no quedó ahí: en 1970, el Huascarán dejó caer 10000 toneladas de hielo sobre los pueblos de los descendientes de las tribus de antaño, cumpliendo con ello su promesa de venganza.

Según dicen, se cree que en 100 ó 200 años los nevados se quedarán sin nieve y Huáscar y Huandy revivirán y se encontrarán nuevamente, pero esta vez ya para toda la eternidad.
Webgrafía:
Consultado: 15-03-09